domingo, 22 de enero de 2012

Domingo

Me sacudo la mañana de los hombros; bostezo improvisando, hundo la cara en estos cuencos de agua giratoria. Busco ojos para el nuevo ritmo, pero el diario de hoy huele a nada como estatua ocupando la mitad de la tarde. Leer estas páginas de anuncios y opiniones es un riesgo que corremos todos: riesgo que te deja idiota -ah, pero tan despacio.
Un payaso de la radio consume la frecuencia que podría ocupar un artista.
Internet es saqueada por hombres y mujeres que crecieron de noche chupándole las tetas a la tele - fórmula de una mano acariciando el sexo, la otra el control remoto.
Paisaje de la mesa moderna: familia comunica, gracia prestada de todo chat y emoticones, sus deseos sus temores ¡Año nuevo, vigilante! Sonrisas para la foto que inmortaliza la decadencia de la sonrisa. Una mujer busca a un hombre que está en el cuarto de al lado, caldeando una aventura: hoy toda confianza se vende en tienda de anticuarios.
Mediodía que te sorprende a la sombra, entre carteles que repiten la cara efigie sobre la ciudad de caravanas. Secuencia de imágenes que promete un sueño bruto. De tanto merendar veo fascismo hasta en el pote de dulce de leche ¡Mamá qué mente podrida!
En alta fiesta desfile de máscaras incómodas, cuerpos nerviosos sacrificados al dios de mando nuestras modas ¿Yo, mascarita? Ganas de partir lejos, y otra vez descanso.


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